Recorrido histórico por la trata transatlántica y división social de castas coloniales como posible respuesta al racismo estructural
Introducción:
Este artículo hace un breve recorrido histórico desde el siglo XV hasta el siglo XIX, abordando el tema de la trata transatlántica como posible resultado del mestizaje y la incidencia cultural y social de las comunidades en nuestro territorio en el Caribe; para ello, se explica el concepto de trata, se menciona el tratado Tordesillas que fue un eje transversal en la comercialización de esclavizados y esclavizadas se analiza el sistema de castas coloniales como posible resultado del racismo estructural de nuestra sociedad.
El concepto de trata se utilizaba en la época para referirse a las relaciones comerciales, negociaciones, e intercambio de mercancía (Burgos, 2010). Vendría siendo un sinónimo de las mismas, por ejemplo: "Occidente comercializa alcohol, armas y textiles con África occidental" es lo mismo que "Occidente trata alcohol, armas y textiles con África Occidental". Este concepto de trata se une con el transatlántico, por el cruce de mercancía en el océano atlántico.
Las personas esclavizadas en África eran tratadas como mercancía, de hecho se les denominaba piezas de india, a esta terrible actividad se le atribuye la denominación trata trasatlántica, mediante la cual se capturaban a hombres, mujeres, jóvenes, e incluso niños y niñas de la costa de África occidental para trasladarles en condiciones realmente deplorables en barcos negreros hasta el denominado Nuevo Mundo, en el que eran sometidos a trabajos forzosos de minería, agricultura y servicio doméstico, todo ello como parte de la dinámica de saqueo que emprendieron los españoles en lo que llamaron América.
Es importante mencionar, que la trata transatlántica en un principio no sucedió de forma abrupta o violenta, de hecho, sucedió de forma pacífica, es posible imaginar que hacia el siglo XV los portugueses estaban con sus mejores trajes en los territorios africanos hablando y comiendo con los reyes africanos sobre la idea de tratar mercancía (Burgos, 2010), fue muchísimo después que se intensificó y se especializó en la trata con personas.
Aquí es relevante mencionar el ‘tratado de Tordecillas’, que impedía a los españoles negociar con África debido a que España renuncio a tener bases en África, por tanto, nunca hizo contacto directo, sino que la trata con esclavizados la hizo mediante los denominados ‘Asientos de negros’ mediante el cual se les permitía establecer relaciones comerciales con portugueses alrededor de, luego holandeses, franceses y británicos entre 1550 hacia 1690 (Navarrete, 2017).
La trata con personas, no sucedió de forma inmediata y muchos reinos africanos no contemplaban la idea de vender a su gente, por ello se formaron múltiples problemáticas dentro del territorio africano entre los reinados que lo hacían y quienes intentaban impedirlo. Aun así, no fue impedimento para que los barcos negreros superaran en miles su capacidad (Navarrete, 2017), haciendo que los esclavizados estuvieran apiñados entre sí, encima de sus propios desechos fisiológicos durante los meses que durará el recorrido por el océano atlántico hasta América.
Muchas experiencias deplorables sucedían a bordo. Esa misma superación de la capacidad del barco no contemplaba la distribución de los alimentos, esto permitió que los navegantes tiraran por la borda a los esclavizados para racionar la comida, aun así, muchos murieron de hambre, enfermedades u otros optaban por tirarse al mar en medio del océano con el alto riesgo de ahogarse o ser devorados por tiburones antes que esperar lo que sucediese en tierra firme. Mucha razón tenía en intuirlo, el viaje solo era el principio de una vida de sufrimiento y esclavización.
Se data que una vez llegados a las islas o puertos sobornaron para ingresar a los esclavizados que no venían contabilizados (Navarrete, 2017). Luego, eran vendidos como objetos, reses negras sin alma ni razonamiento.
Desde diferentes esferas sociales, políticas, religiosas y económicas empezaron a justificar la esclavización de personas negras (Vasconcellos, 2014). Y, dentro de su mismo territorio la religión criminalizaba sus creencias, formas de vida y sexualidad, concibiendo una única forma de ser y hacer las cosas, por tanto, quienes no estuviesen dentro de esa lógica se les castigaba con esclavizarlos en América.
La académica adelantaba teorías evolutivas que posicionaron a occidente en la cúspide como civilización, en consecuencia, asumieron el derecho de intervenir a las otras sociedades humanas consideradas bárbaras y salvajes para civilizarlos (Morgan, 1877). Es decir, dentro de su razonamiento todo lo que fuese diferente a Europa
necesitaba ayuda para poder avanzar (Said, 2004). Esa ayuda era invalidar sus conocimientos, imponer su idioma, su cultura, y creencias por encima de las que tenían. Europa se consideraba así misma la verdad absoluta, por tanto, pretendía erradicar todo lo diferente con torturas, estas iban desde darles latigazos provocando heridas
profundas y abundante sangrado, cortarle partes de su cuerpo como la lengua para que no volvieran a hablar su idioma u otros castigos para doblegar su voluntad.
Entendiendo hasta aquí, que Europa se consideraba así misma como superior (Said, 2004) lo cual era fundamentado entre otras con su raza blanca, utilizaron el tema racial como un método de diferenciación negativa, a partir de lo cual establecieron una estructura social piramidal, dividiendo la sociedad colonial en castas. En
donde, los y las esclavizados ni siquiera hacían parte de dicha pirámide social.
De esta manera, se puede situar a los blancos nacidos en Europa, nativos nacidos en América y negros nacidos y traídos de África, quienes empezaron a mezclarse no por voluntad, pues las múltiples abusos y violaciones de los blancos con las mujeres negras y el emparejamiento entre negros, nativos y blancos surgieron hijos mestizos,
mulatos y zambos.
Los mestizos eran hijos de nativos y blancos; los mulatos eran hijos de negros y blancos; los zambos eran hijos de nativos y negros. Los hijos de españoles nacidos en América se denominaba criollos, y a su vez se asignaba en categorías a los negros rebeldes como cimarrones, además de la existencia de la denominación libre de todos
los colores que estaba referida a los hombre y mujeres esclavizados o sus descendientes que por diferentes medios legales habían accedido a su libertad.
Es importante resaltar, que el tema racial era supremamente importante, porque nacer en condiciones de mestizaje se les consignaron diferentes oficios (Solano, Vanegas y Hernández, 2021) que en la época se le consideraban como privilegio, por ejemplo, no trabajar en las plantaciones sino ejercer labores domésticas, ser capataz o con derecho a ser libres al cumplir 18 años. Continuar la negritud, es decir ser hijo de negros era seguir perpetuando la esclavización a nuestros descendientes.
Sin embargo, tengamos en cuenta que blanquear la piel con los esclavistas blancos no era consensuado, ellos mandaban sobre el cuerpo y la vida de las mujeres negras, aún sí les embarazaban o les daban hijos, estos hijos eran ilegítimos y les tenían con algunos beneficios dentro de seguir esclavizándolos, torturándolos y
violentándolos.
De esta manera, se puede interpretar que esta jerarquía racial de otorgar miserables beneficios al blanquear un poco la piel quizás fueron las bases para fundamentar una sociedad estructuralmente racista.
El racismo se basa en la creencia de que una raza particular es superior o inferior a otra, así como suponer que ciertas características biológicas están predeterminadas por la raza de una persona, esto ha existido a lo largo de la historia. En el Caribe y en Colombia en general, estas creencias no solo existieron, sino que fueron parte de la
columna vertebral de la estructura social, económica y política establecida después de la independencia.
Bibliografía
- Morgan, L. (1877). Ancient society. Estates Unidos: The University of Arizona Press
- Múnera, A. (1998). El fracaso de la nación. Región, clase y raza en el Caribe colombiano (1717-1821). Banco de la República/El Áncora Editores. Bogotá.
- Vasconcellos, C. (2014). La ruta Atlántica del pensamiento afrodescendiente. Hacia un referencial teórico afro sobre la historia de la trata transatlántica, la esclavitud perpetua y la invención del sofisma racial. Tabula Rasa. Vol., no. 21
- Said, Edward. (2004). "Introducción". En: Orientalismo. Madrid: De bolsillo. págs. 19-54
- Solano, P. Vanegas, M. y D, Hernández. (2021). Labores y vida urbana de los esclavos de particulares y del rey en Cartagena de Indias, 1750-1810.
- Navarrete, M. (2017). De las “malas entradas” y las estrategias del “buen pasaje”: el contrabando de esclavos en el Caribe neogranadino, 1550-1690
- Burgos, R. (2010). Rutas de libertad: 500 años de travesía’ capítulo Diásporas africanas en Colombia. Visibilidad e invisibilización de los legados de las culturas del África occidental en tiempos del Bicentenario de la Independencia.